La huelga de actores de EE.UU. (SAG-AFTRA) contra los grandes estudios de Hollywood cumple hoy 100 días sin visos de solución. El sindicato advierte que, si no hay un nuevo acuerdo, sus miembros no participarán en los prestigiosos premios de cine como los Óscar.
El negociador jefe del gremio, Duncan Crabtree-Ireland, aseguró a EFE que la temporada de premios depende de que se alcance un pacto justo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP).
“Con un nuevo acuerdo, la temporada de premios continuará con normalidad. Si no, nuestros miembros, incluyendo los actores de primer orden, no van a participar de ninguna manera en la temporada de premios”, afirmó.
¿Qué premiaciones están en riesgo?
La temporada de premios de cine en EE.UU. incluye galardones internacionalmente conocidos como los Globos de Oro, los premios SAG, los Critics Choice Awards y los propios Óscar, que están previstos para el próximo año.
Sin embargo, las dudas acerca de la celebración y el impacto de los mismos empiezan a crecer entre los profesionales de la industria cuando se cumplen 100 días de los piquetes de SAG-AFTRA, que reclaman a AMPTP un uso regulado de la inteligencia artificial y mayores derechos residuales.
Crabtree-Ireland dejó muy clara su postura, al recalcar que su interés ahora está en “volver a la mesa de negociaciones”, después de que hace 10 días la AMPTP abandonara las conversaciones de manera abrupta.
El contexto hace dos semanas era bastante halagüeño para todos, después del acuerdo con los estudios que consiguió materializar el Sindicato de Guionistas de EE.UU. (WGA) tras meses de una huelga conjunta con los actores, pero saltó por los aires a causa de los derechos residuales.
SAG-AFTRA propuso sin éxito obtener un 2 % de los ingresos de estudios y servicios de “streaming” debido a su aportación en la industria. Posteriormente, incorporaron la posibilidad de que se les compensara con 57 centavos por cada nuevo suscriptor en las plataformas, algo que también fue rechazado.
Una “brecha demasiado grande” para los estudios y una “contribución legítima” para los actores de Hollywood que mantiene las negociaciones en punto muerto.