CIUDAD DE MÉXICO. – La reaparición de Anahí en el escenario con la gira de reencuentro de RBD ha vuelto a ponerla en el centro de atención.
En una emotiva entrevista con Joaquín López Dóriga, la reconocida actriz y cantante mexicana compartió detalles íntimos de su pasado, incluyendo los problemas alimenticios que una vez la consumieron.
Desde sus inicios en la industria del entretenimiento desde temprana edad, la actriz se sinceró sobre los desafíos que enfrentó en su trayectoria.
En la conversación con el periodista mexicano, la intérprete reveló que durante una etapa de crisis personal padeció bulimia y anorexia, trastornos alimenticios que la llevaron a situaciones extremadamente peligrosas.
La artista confesó que en los momentos más oscuros de su lucha con estos trastornos, recurría a métodos poco convencionales para engañar a su cuerpo y evitar la comida. "Yo podía pasar 5 o 6 días sin probar bocado, a veces comía una toronja, a veces comía hielo para engañar al estómago", compartió en la entrevista.
El trastorno de Anahí
La valiente revelación de Anahí desmitifica los estereotipos sobre los trastornos alimenticios y destaca la complejidad emocional que subyace en estas condiciones. Sin embargo, la cantante también fue clara en su intención de evitar que sus palabras sean malinterpretadas: "No quiero que tomen de aquí ninguna idea por favor, pero tengo que contarlo".
La entrevista también abordó la devastadora práctica de los atracones y vómitos que a menudo acompañan a los trastornos alimenticios. La modelo explicó que tras periodos prolongados de restricción alimentaria, venían episodios de ingestas excesivas seguidas de vómitos. "Después cuando no podía más venían los atracones y como tanto se han burlado, sí, vomitaba mucho", confesó.
Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue cuando la cantante habló de su llegada a emergencias de un hospital debido a las graves consecuencias de sus trastornos alimenticios.
La famosa describió cómo experimentó una fuerte taquicardia, un paro cardiaco que pudo haber tenido consecuencias fatales de no ser por la intervención médica urgente.
La situación crítica que enfrentó Anahí durante ese episodio resaltó la peligrosidad de los trastornos alimenticios y cómo estos pueden afectar la salud física y mental. La artista enfatizó la importancia de la ayuda externa y agradeció a su prima Alicia por haber estado a su lado en ese momento crucial: "Gracias a Dios me salvaron la vida".
La revelación sobre el deterioro de la salud de Anahí, derivado de la obsesión por perder peso, dejó en evidencia la gravedad de los trastornos alimenticios. La artista mencionó que sus niveles de nutrición y alimentación se encontraban en niveles alarmantemente bajos, lo que la llevó a recibir suero en el hospital. A pesar de esto, su trastorno la llevó a quitarse el suero por temor a aumentar de peso.